La forma tradicional de reparar los daños por granizo es mediante la aplicación de masilla
y su posterior lijado. Esta técnica puede suponer que la pintura se cuartee con el paso
del tiempo. La exposición a la humedad y al sol contribuyen a que el exceso de material
aplicado entre las capas de masilla y pintura, se agriete. Esto podría suponer la sustitución
completa de la pieza.
Con nuestro sistema (PDR) evitamos todos estos problemas, pues utilizamos herramientas
de alta tecnología especialmente diseñadas para no dañar la chapa y la pintura.
Empujamos desde el lado interior de la misma para devolverla a su forma original,
dejando intactos el tono y textura original.